viernes, 1 de mayo de 2015

EL HITO DEL KM.297 EN EL ANTIGUO PUERTO DE BUÑOL





Un interesante tramo de la N-III en desuso que redescubrí en solitario el pasado 27 de Abril de 2015 y por el que ya había transitado en compañía, aunque sin detenernos ni prestarle la debida atención, en Septiembre de 2013 como parte improvisada y accidental del recorrido de la I RUTA N-III HISTÓRICA realizada en moto.  Se trata del comienzo del célebre puerto de Buñol en sentido Valencia, a la altura de Siete Aguas, y que presenta unas singulares características que evidencian múltiples transformaciones en el trazado de la primitiva N-III en este punto a lo largo de los últimos años hasta culminar con la construcción de la autovía, lo que supuso su abandono definitivo pero no la interrupción completa de su recorrido parcial, que adopta ahora una extraña, inquietante y caprichosa continuidad no siempre transitable para todo tipo de vehículos.




Sirvan estas observaciones sólo como un adelanto de nuestros trabajos venideros, porque  en esta nueva entrega del blog no nos vamos a ocupar del tramo en sí, sino sólo del hito del km. 297 que todavía se conserva en muy buen estado al comienzo del mismo. En posteriores entregas nos dedicaremos con todo detalle a recorrer dicho tramo, que ilustraremos convenientemente con los videos que hemos grabado al efecto y con algunas oportunas capturas de Google Maps.





Este hito del km. 297 de la N-III recién descubierto (a la espera de encontrar algunos más, si existieran) viene a incrementar nuestra recopilación de hitos del Plan Peña supervivientes en el antiguo puerto de Buñol, de los que tenemos al menos documentados en nuestra 8ª y última edición el 300, 303 y 310, a falta de una próxima actualización de los datos disponibles. Y como puede observarse en las imágenes adjuntas, el 297 pervive todavía solitario, majestuoso e imponente en tierra de nadie, a mitad de camino entre la autovía y la primitiva N-III en este tramo accesible pero carente de tránsito, lo que nos permite augurarle todavía larga vida quizá exenta de vandalismos y destrucciones indeseables. La pintura y el trazo de los caracteres se ha ido degradando a semejanza de los demás vecinos que aún sobreviven, y sólo conserva legible el punto kilométrico en una de sus caras con la tipografía típica de la zona, que además parece haber sido rectificado en alguna ocasión como consecuencia de las innumerables variaciones históricas del trazado de la carretera. Pero en cualquier caso se trata de un hallazgo inesperado y grato del que, personalmente, me siento muy satisfecho, ya que supone un nuevo acicate para continuar con mi búsqueda de vestigios pasados de la N-III, la mayoría de las veces, como en esta, en solitario y en difíciles circunstancias, lo que otorga a mis exploraciones el valor añadido de la voluntad, la perseverancia y el esfuerzo recompensados por el éxito.






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